Contadores: rol emergente en la gobernanza financiera global y custodia de la confianza pública
Descubre cómo los contadores se convierten en líderes estratégicos en la gobernanza financiera global. Ética, transparencia, sostenibilidad y tecnología: el futuro de la profesión contable desde una mirada más amplia.
OTROS
En un mundo donde la geopolítica, la tecnología y la diplomacia fiscal redefinen las reglas del juego, la profesión contable se encuentra en el centro de la transformación.
En la actualidad, nuestras decisiones no solo impactan en balances corporativos: influyen en la estabilidad económica global y en la confianza pública. La profesión contable se encuentra en una coyuntura discreta pero profundamente poderosa. En una era marcada por la redefinición de los sistemas financieros a causa de la geopolítica, la innovación tecnológica y la diplomacia fiscal, nuestras decisiones profesionales trascienden las fronteras organizacionales para impactar directamente en las economías y finanzas globales.
Una reciente publicación en Business Day, titulada "Accountants and their emerging role in global financial governance" [Los contadores y su papel emergente en la gobernanza financiera mundial], subraya esta realidad. El artículo concluye que el futuro de la gobernanza financiera global se perfilará a través del lenguaje de las normas, la ética y la aplicación rigurosa. Esta creciente influencia nos impone una responsabilidad ineludible: la de trascender el rol de meros técnicos financieros para asumir la función de guardianes de la confianza pública.
A continuación, destaco los puntos clave del artículo y que en mi opinión definen esta evolución y reafirman el valor estratégico del profesional de las ciencias económicas:
1. Implicancia en la arquitectura normativa del comercio global
A lo largo de las últimas tres décadas, la profesión contable global ha ejercido una influencia decisiva en la estandarización de cómo se identifican, contabilizan, presentan y revelan miles de millones de dólares.
Esta influencia se canaliza a través de organismos clave como la Federación Internacional de Contadores (IFAC) y los emisores de normas bajo la Fundación IFRS, el Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad (IASB), estableciendo las bases de la información financiera y el Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB), liderando la transición hacia el reporte de sostenibilidad. Por otro lado, la Junta de Normas Internacionales para Contadores (IESBA), definiendo los estándares éticos y la Junta de Normas Internacionales de Auditoría y Aseguramiento (IAASB), asegurando la calidad de la auditoría y el aseguramiento.
2. Eje en la definición de estándares de transparencia global
La adopción de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), las Normas Internacionales de Auditoría (NIA) y el Código de Ética Internacional para Contadores Profesionales en más de 140 jurisdicciones ha posicionado al contador en un papel sin precedentes como definidor de la transparencia.
Cuando inversores, reguladores y stakeholders debaten los fundamentos conceptuales de la información, el consenso se centra en la presentación razonable. Esto implica la "representación fiel y veraz" y el cumplimiento riguroso de las características cualitativas fundamentales, incluyendo:
Relevancia y Representación Fiel (Características Fundamentales)
Comprensibilidad, Comparabilidad, Verificabilidad y Oportunidad (Características de Mejora)
Todos los involucrados confían en que es el contador quien implementará y aplicará estas definiciones en la práctica con absoluta integridad.
3. La Transición al rol geopolítico: más allá del cumplimiento normativo estricto
El entorno actual exige que los contables no solo se capaciten en normas internacionales nuevas y complejas, sino que también armonicen los principios contables locales con los requerimientos de otros organismos supranacionales. Además, se espera que asesoren a los consejos de administración sobre los riesgos reputacionales derivados del incumplimiento.
Un ejemplo paradigmático de este rol geopolítico emergente es el Proyecto BEPS (Erosión de la Base Imponible y Traslado de Beneficios) impulsado por la OCDE y el G-20.
En octubre de 2021, más de 135 jurisdicciones se unieron para actualizar el sistema tributario internacional frente a la economía globalizada y digitalizada.
Las Normas Globales contra la Erosión de la Base Imponible (GloBE), o Reglas del Pilar Dos, son un componente clave, garantizando que las grandes empresas multinacionales tributen a un nivel mínimo en cada jurisdicción donde operan.
Este escenario está creando un nuevo y elevado nivel de capacitación, exigencia de cumplimiento de requisitos de información y necesidad de verificación por parte de la profesión a nivel internacional.
4. Responsabilidad en la lucha global contra la delincuencia financiera
Las expectativas sobre la profesión contable se han ampliado significativamente en materia de Blanqueo de Capitales y Financiación del Terrorismo (AML/CFT), impulsadas por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI).
Tras su establecimiento por el G7 en 1989 y la ampliación de su mandato posterior a los trágicos eventos de 2001, las Recomendaciones del GAFI han servido de marco para una legislación transnacional exhaustiva. Inicialmente centradas en el sector financiero, estas regulaciones se aplican ahora rigurosamente también a entidades del sector no financiero, incluyendo firmas contables y de abogados.
Esto nos obliga a implementar políticas estrictas de:
Mantenimiento de registros y capacitación especializada.
Notificación de transacciones sospechosas.
Hoy, se espera que los contadores identifiquen transacciones dudosas, verifiquen estructuras de titularidad real y señalen anomalías que puedan indicar corrupción o flujos ilícitos, asumiendo un rol activo en la seguridad económica global.
5. Ética: más allá del Compliance en favor del interés público
La ética profesional es un pilar crucial en la generación de información, tanto financiera como no financiera (como los reportes de sostenibilidad). Las organizaciones y sus contables desempeñan un papel fundamental en la mitigación del lavado verde (greenwashing), aplicando una mentalidad ética para asegurar que la información sea relevante, transparente y confiable.
En el contexto de la información de sostenibilidad (ESG), cuya obligatoriedad avanza globalmente, la subjetividad en la elaboración de información prospectiva y la inmadurez de los datos hacen que el comportamiento ético sea esencial.
Las revisiones del Código Internacional de Ética para Contadores Profesionales ya abordan cuestiones de:
Conductas engañosas.
Consideraciones en la cadena de valor e
Información prospectiva.
El imperativo del nuevo interés público exige garantizar que la información sea fiable, comparable y verificable. El contador del futuro debe, por lo tanto, combinar la precisión técnica con los principios éticos, interpretando no solo lo que las normas permiten, sino lo que la sociedad exige.
6. Agentes de transformación en la Hacienda Pública
El rol del contador en el sector público se ha revalorizado significativamente. La adopción de la contabilidad de devengado en el segmento gubernamental, impulsada por las Normas Internacionales de Contabilidad del Sector Público (IPSAS), permite una mayor transparencia, disciplina fiscal y una rendición de cuentas adecuada, como fue comentado en mi blog anterior sobre la temática.
Esta transición del modelo de caja al devengado es fundamental, ya que refleja la sustancia económica real de las transacciones, un paso imprescindible hacia la credibilidad internacional y la confianza ciudadana en la gestión patrimonial pública. Las iniciativas de gobernanza del Banco Mundial y el FMI recurren con frecuencia a contables profesionales para traducir las promesas presupuestarias en resultados fiscales cuantificables, posicionándonos en el centro de la transparencia y la credibilidad internacional.
7. Garantes de la credibilidad en la era digital
La inteligencia artificial (IA), blockchain y el análisis de datos están redefiniendo el flujo de información en los sistemas globales. En este panorama, la supervisión ejercida por el contador sobre las finanzas digitales es crucial para preservar la credibilidad de las cifras.
La tecnología no es el fin del contador, sino una herramienta de transformación. Mientras la IA automatiza tareas rutinarias (categorización de gastos, facturación, conciliaciones), el profesional se libera para enfocarse en el análisis estratégico.
La historia de la profesión ha estado marcada por la adaptación (la calculadora, el software):
La tecnología cambia las herramientas, pero no el valor intrínseco del contador. La interpretación, el juicio y la confianza nunca podrán automatizarse.
El reto que afrontamos no es competir contra las máquinas, sino gobernarlas. Debemos construir nuestra práctica sobre estos principios esenciales y permitir que la IA se ocupe de la operativa.
Reflexiones finales: La recalibración del contador
La gobernanza financiera global es tan robusta como la capacidad de los contadores que la interpretan y aplican. Nos enfrentamos a una recalibración de habilidades que debe abarcar la contabilidad técnica, la tributación avanzada, el análisis de políticas, el reporte de sostenibilidad y el aseguramiento digital.
Por ello, es imperativo que las instituciones educativas y los organismos profesionales actualicen constantemente sus planes de estudio y la formación continua, para avanzar aún más allá de las actualizaciones técnicas (NIIF, etc.) para incluir:
Gobernanza corporativa.
Política pública.
Ética del comportamiento.
Nuestra responsabilidad se resume en este doble mandato: actuar no solo como técnicos de las finanzas, sino, primordialmente, como custodios de la confianza pública global. La gobernanza financiera global será tan sólida como la integridad y competencia de quienes la interpretan y aplican. El contador del siglo XXI debe combinar precisión técnica, ética y visión estratégica. La tecnología no reemplazará nuestro valor: lo amplificará.
¿Estamos preparados para asumir este rol estratégico?